Inversión de impacto en España: Hacia una economía más inclusiva y sostenible

Desde que inicié mi trayectoria en el mundo de las finanzas y la inversión, siempre he considerado que la economía desempeña un papel esencial en el progreso de la sociedad. Como mujer en el sector financiero y directora del primer fondo de venture capital de impacto en diversidad e inclusión en España, he tenido la oportunidad de reafirmar esta convicción: la inversión puede ser una herramienta transformadora cuando se orienta más allá de la rentabilidad económica. Hoy, más que nunca, España atraviesa un momento clave para adoptar plenamente la inversión de impacto como medio para construir una economía justa, equitativa, inclusiva y sostenible. Sin embargo, para alcanzar este objetivo, es fundamental comprender qué implica realmente la inversión de impacto, cuál es su situación actual y cuáles son los retos que debemos afrontar.

La inversión de impacto ha emergido como una estrategia para quienes desean no solo obtener retornos financieros, sino también contribuir al bienestar social y ambiental mediante su capital. Este enfoque no se trata de filantropía; es una inversión financiera en todos los sentidos, similar a las tradicionales, pero con un objetivo de triple retorno: económico, social y medioambiental. A diferencia de otros modelos sostenibles, en la inversión de impacto damos igual importancia al retorno económico y al beneficio social y ambiental, y buscamos que este impacto sea objetivo, cuantificable y medible. Así, buscamos maximizar la rentabilidad económica con una clara intencionalidad: impulsar el bienestar de la sociedad, proteger el planeta y fomentar la equidad.

En la actualidad, los inversores muestran un interés creciente por aquellas oportunidades que combinan rentabilidad económica con un impacto social y medioambiental positivo. Esta tendencia responde a una comprensión cada vez más clara de que ambos objetivos no solo son compatibles, sino que se potencian mutuamente dando lugar a mejores retornos. El futuro de la inversión apunta a un horizonte donde las iniciativas de impacto serán la norma, dejando atrás a aquellas que no integren este enfoque transformador.  

En Zubi Capital, gestora de impacto fundada en 2021 y orientada al triple impacto —social, ambiental y económico—, estamos movidos por la convicción de que las empresas con un propósito claro pueden transformar sectores y contribuir significativamente al cambio que nuestra sociedad demanda. Desde el lanzamiento de nuestro primer fondo de Venture Debt de impacto hasta nuestro fondo más reciente, enfocado en promover la diversidad, hemos comprobado que este es el camino hacia un ecosistema de emprendimiento e inversión en España que genere un impacto positivo y duradero.

En los últimos años, la inversión de impacto en España ha mostrado un crecimiento importante. Según el último informe de SpainNAB y Esade Center for Social Impact, en 2023 el volumen total de inversión de impacto en nuestro país superó los 3.300 millones de euros, de los cuales 1.517 millones corresponden a inversión directa. Estos números muestran avances, si bien aún estamos por detrás de otros países europeos como Francia, el Reino Unido o Alemania, que han sabido implementar políticas y regulaciones que favorecen un desarrollo más robusto y sostenible del sector.

España se encuentra en una posición interesante: tiene el potencial para convertirse en un referente de la inversión de impacto en el sur de Europa, pero aún enfrenta retos significativos.

Primero, necesitamos un marco regulador que ofrezca un incentivo claro tanto para las empresas como para los inversores. La falta de regulaciones específicas para la inversión de impacto puede dificultar el crecimiento del sector y, además, dejar espacio para prácticas de “impact washing”, donde la promesa de impacto social o ambiental no se traduce en acciones medibles o reales que, por otro lado, constriñen en regulación y obligaciones de información estándar para todos sin tener en cuenta la singularidad de la actividad de los inversores de impacto

En el marco de este ecosistema emergente, Zubi Capital reafirma su compromiso con la inversión de impacto, orientando su segunda estrategia hacia la diversidad, equidad e inclusión (DEI) como eje central. Tras lanzar en 2020 el primer fondo de impacto en Venture Debt de Europa, en 2023 presentamos el Zubi Capital Diversity Catalyst FCRE, el primer fondo en España enfocado en diversidad e inclusión.

Con esta iniciativa, queremos promover startups lideradas por equipos diversos e inclusivos, impulsados por una misión clara y comprometidos con abordar problemas sociales y ambientales a través de enfoques innovadores. Nuestro objetivo es demostrar que la diversidad, la equidad y la inclusión ngeneran mejores retornos porque representan una ventaja competitiva al promover una cultura organizativa más innovadora, resiliente y eficiente.

¿Por qué apostar por la diversidad en la inversión de impacto? La respuesta está en los datos. Numerosos estudios, como los de Boston Consulting Group y Harvard, demuestran que la diversidad en los equipos de trabajo y de inversión no solo fomenta la creatividad y la innovación, sino que también contribuye a generar mayores retornos financieros. Según Boston Consulting Group, las empresas con equipos diversos generan un 19% más de ingresos por innovación, mientras que Harvard señala que los fondos de inversión con equipos diversos obtienen salidas un 9,7% más rentables. Estas cifras muestran que invertir en diversidad no es solo una cuestión ética, sino una estrategia empresarial inteligente y financieramente rentable.

La inversión de impacto tiene el potencial de transformar no solo la economía, sino también la estructura social de España. Al apoyar a empresas que generan beneficios sociales y ambientales, estamos ayudando a construir una economía más justa y sostenible. Además, la inversión de impacto puede ser una herramienta poderosa para reducir desigualdades y fomentar la innovación, al tiempo que se fortalecen sectores como la transición energética, la inclusión social y el desarrollo rural.

En este contexto, el fondo Diversity Catalyst de Zubi Capital juega un papel crucial. Al impulsar la diversidad en las empresas que financiamos, contribuimos a crear un ecosistema más inclusivo y a atraer talento diverso, lo cual en última instancia fortalece el tejido empresarial y social español. Las startups lideradas por equipos diversos han demostrado ser más resilientes, tienen menor mortandad, y, en media, generan un rendimiento un 30% superior en salidas a bolsa y ventas según Kauffman Fellows. Así las cosas parece claro que buscar invertir con esta lente de diversidad y procurar entornos empresariales más diversos e inclusivos  representa una ventaja competitiva que puede ser a su vez una oportunidad de crecimiento para el país.

El futuro de la inversión de impacto en España pasa por la consolidación de una economía que valore tanto el retorno financiero como el impacto positivo. Para ello, es necesario seguir avanzando en la creación de fondos especializados en DEI y en la construcción de un ecosistema que fomente la innovación social y ambiental. España tiene la oportunidad de liderar en Europa si logra crear un entorno de inversión que combine rentabilidad con propósito, un equilibrio que cada vez más inversores y emprendedores buscan.

Con un marco regulador adecuado y un compromiso claro por parte del sector privado y el público, España puede liderar la transformación hacia una economía inclusiva y sostenible. La inversión de impacto no es una moda pasajera; es una evolución estructural del sector financiero. El futuro será de impacto o no será, necesitamos sostenibilidad tanto en el ámbito medioambiental para continuar con nuestras operaciones día a día como sostenibilidad financiera en las compañías, esto sólo se logrará con este enfoque del triple impacto que tenemos en Zubi Capital.

 La diversidad, equidad e inclusión no es solo una meta ética; es una estrategia inteligente que impulsa el crecimiento, fomenta la innovación y genera un valor real para la economía. En un país como España, diverso y lleno de talento, este enfoque es una oportunidad única para construir un futuro que combine rentabilidad con un propósito claro: una economía que no deje a nadie atrás.